La simetría perfecta no existe en las proporciones humanas. Si nos hiciésemos una fotografía de carné, tomásemos la mitad izquierda y la reprodujésemos exactamente en el lado derecho, el resultado sería un rostro nuevo, distorsionado y bastante diferente al real. Lo mismo ocurre con las mamas. Como explica un prestigioso miembro de la Secpre y de la International Society of Plastic Surgery (Ipras), “casi la totalidad de las mujeres tienen asimetría mamaria, que quiere decir que un pecho es diferente al otro, no sólo por presentar diferentes tamaños sino también por la forma de la mama o del pezón, o por estar situados a diferente altura”.
Esta peculiaridad no suele suponer un problema; por lo general, solo resulta llamativa en un 15 por ciento de los casos. Sin embargo, podría ser la razón oculta tras muchas operaciones de aumento de mama. Así lo considera el experto, que considera la cirugía la única solución segura y definitiva para corregir las variaciones entre un seno y otro.
“Tras el deseo de aumentar el volumen mediante prótesis mamarias lo que se esconde, en una importante mayoría de casos, es el deseo de poner fin a un defecto que puede mermar la autoestima femenina desde la pubertad”. Es en esta etapa de desarrollo físico y personal previo a la adolescencia cuando la asimetría mamaria, si es muy evidente, puede convertirse en un complejo difícil de superar sin la ayuda de un profesional. “Este es el motivo por el que muchas jóvenes, al alcanzar la mayoría de edad, acuden a las consultas acompañadas de sus madres con la intención de corregir un problema que afecta a su autoestima”.
Corregir las diferencias entre un seno y otro de forma permanente requeriría el uso del bisturí, ya que las mamas son una parte de la anatomía en la que no son aconsejables las infiltraciones de productos empelados en medicina estética. “La solución siempre es quirúrgica”. Lo habitual es aumentar de volumen ambas mamas mediante el empleo de distintas prótesis. El objetivo es conseguir una simetría “lo más natural posible, es decir, aparente, puesto que en realidad la simetría perfecta no existe en el cuerpo humano”.
Sin embargo, antes de someterse a una operación de estas características, es importante que el paciente se plantee con total sinceridad cuál es su motivación real y qué espera obtener de la cirugía plástica. La cirugía plástica puede producir tanto cambios físicos como cambios en la percepción que uno tiene de sí mismo y en la autoestima. “La cirugía plástica está pensada para producir cambios en usted, no en los demás. Si usted está pensando en someterse a una intervención para intentar influir en una tercera persona, puede acabar decepcionado”.
Otras opciones existentes entrañan riesgos para la salud o son ineficaces. Estas son algunas de ellas:
Infiltraciones de ácido hialurónico
El ácido hialurónico comenzó a inyectarse en el pecho en las cirugías de aumento de mamas hace unos años. Esta técnica ha sido suspendida por la Agencia del Medicamento por considerar que su infiltración en la glándula mamaria impedía la realización de las pruebas diagnósticas del cáncer de mama. Además, el ácido hialurónico se reabsorbe al año y medio de su inyección, por lo que se trataba de una solución solamente provisional.
Injertos de grasa autóloga
La realización de injertos de grasa autóloga de la propia paciente es una técnica que, alberga serias dudas entre los especialistas acerca de su relación con el cáncer de mama, una relación que no se podría descartar debido al escaso recorrido práctico de este tipo de intervención. En cualquier caso, “esta técnica está sometida a cambios de peso de la persona y no es óptima para intervenciones donde el pecho requiera de grandes cambios morfológicos”.
Plasma rico en plaquetas
Existe la creencia de que el plasma sanguíneo enriquecido para su regeneración celular puede emplearse para corregir las variaciones de tamaño o de forma de los senos. “No es cierto, éste se emplea solo para rellenar las arrugas del escote”.
Fuente: dmedicina.com