Pese a que la cirugía más demandada sigue siendo el aumento de mamas, existe un grupo de mujeres que deciden achicar el tamaño de sus senos. Por estética o molestia física, todo lo que hay que saber sobre esta intervención
En épocas en las que pareciera que la voluptuosidad manda, hay mujeres que optan por lo contrario y prefieren formas menos prominentes.
Algunas dotadas por la naturaleza de un pecho exuberante; otras arrepentidas de un implante que ya no las satisface, muchas deciden pasar por el quirófano para hacer de su figura algo más armonioso.
Recientemente, Ariel Winter, la actriz de Modern Family, de sólo 17 años, declaró haberse sometido a una cirugía de reducción de pecho. «Era muy doloroso, tenía ya problemas de espalda. No podía permanecer erguida durante mucho tiempo. Empezó a dolerme tanto que ya no aguantaba», contó la joven al momento de explicar qué la había llevado a someterse a la reducción mamaria.
Mientras que la diosa de Baywatch, a sus casi 50 años, y convertida en una flagrante defensora de los animales, decidió que su imagen no se adecuaba a su nueva vida, así que optó por reducir el tamaño de sus implantes.
La solución desde la medicina estética
«Las mamas demasiado grandes que tienen desproporción con el resto del cuerpo pueden ser una carga tanto física como psicológica. Para las mujeres, el peso de las mamas grandes y pendulares causa dolor físico, malestar y angustia emocional. A menudo las mismas se sienten limitadas para llevar una vida activa y buscan en la reducción mamaria la recuperación de su libertad física y emocional». Así explicó la cirujana plástica especialista en estética Griselda Seleme las causas por las que una mujer suele solicitar este tipo de intervención.
Tras sintetizar que «el objetivo de la reducción mamaria es darle a la mujer un busto con mejor forma y más proporcionado con el resto de su cuerpo», la especialista miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y Reparadora remarcó que este procedimiento «está ideado para mujeres con mamas muy grandes y péndulas».
«Esta operación reseca grasa, tejido mamario y piel de los pechos, haciéndolos más chicos, menos pesados y más firmes. También se reduce el tamaño de la areola, que es el círculo de piel oscura del pezón. Se lleva a cabo más para alivio de síntomas o problemas médicos provocados por el exceso de peso que como operación cosmética», detalló Seleme, quien consideró que «la reducción del peso en las mamas ayuda a aliviar los hombros, la espalda y el dolor en el cuello, y corrige las asimetrías, al mismo tiempo que crea proporciones corporales más equilibradas».
En ese sentido, destacó que «durante la primera consulta, el especialista evaluará la anatomía, y discutirán las preocupaciones del paciente para cuidadosamente diseñar un plan quirúrgico» y sintetizó: «Su recomendación dependerá de la calidad de su piel, la cantidad de tejido que debe ser reducido, y en qué medida necesita el complejo areola pezón ser elevado para alcanzar un volumen de mama más natural y equilibrada en relación con el resto del cuerpo».
La reducción mamaria tiene un costo aproximado de 40 mil pesos y si bien no es una intervención simple, «es segura cuando es realizada por un cirujano plástico calificado», puntualizó Seleme.
En cuanto a los cuidados posteriores, la especialista también miembro de la Confederación Iberoamericana de Cirugía Plástica detalló que «se le colocará a la paciente un vendaje elástico o gasas sostenidas por un corpiño», al tiempo que agregó que «también se deja a veces un tubo delgado en cada pecho para drenar la sangre y los líquidos por uno o dos días».
Dado que los primeros días es esperable que la paciente sienta algo de dolor, especialmente si tose o se mueve, su cirujano le indicará analgésicos. «Los vendajes serán retirados un par de días después de la operación, y seguirá usando el corpiño durante las 24 horas por varias semanas. Las suturas serán sacadas entre la segunda y la tercera semana», puntualizó.
La mayoría de las mujeres pueden volver a un trabajo no muy riguroso y a las actividades sociales en unas dos semanas, aunque sus pechos podrán estar algo doloridos durante un par de semanas.
Quiénes son candidatas para la reducción de mama
Según consideró Seleme, una mujer es una buena candidata para cirugía de reducción de busto si tiene una o más de las siguientes condiciones:
-Mamas demasiado grandes en proporción a su constitución corporal.
-Busto caído y pesado, con areolas y pezones que apuntan hacia abajo.
-Una mama es más grande que la otra.
-Dolor de espalda, cuello u hombro ocasionado por el sobrepeso del busto.
-Marcas de hundimiento en la piel de sus hombros debido a los tirantes del corpiño.
-Limitación de actividades físicas debido al tamaño y peso del busto.
-Inconformidad con el tamaño del busto.
Fuente: infobae.com