La cirugía plástica es uno de los motivos por los que cada vez más personas pasan por el quirófano cada año de manera voluntaria. De hecho, es muy probable que sea una de las pocas razones por las que alguien pueda someterse por su propia voluntad al bisturí y al escalpelo en operaciones que pueden durar varias horas.
La realidad es que no solo ha aumentado su popularidad de manera notable, sino que también se ha experimentado un crecimiento en el volumen de solicitudes para llevar a cabo alguno de los múltiples tratamientos de cirugía estética que se ofertan en las diferentes clínicas.
Tradicionalmente, la cirugía estética ha sido considerada como una opción disponible únicamente al alcance de muy pocos, que eran los que podían costearse lo que valía el tratamiento solicitado.
Durante muchos años ha quedado limitado así a gente famosa o con un poder adquisitivo notablemente elevado, motivo gracias al cual muchas clínicas y especialistas han conseguido labrarse un nombre a través de sus operaciones a personas conocidas socialmente.
Pero este paradigma ha dado un vuelco en los últimos, pasando de ser unas operaciones destinadas solo a los más pudientes a abrirse un hueco entre todos los sectores de la sociedad, llegando a miles de personas que esperaban poder realizar algún día un tratamiento estético de estas características. La acogida por parte de la sociedad, evidentemente, ha resultado ser espléndida en todos los sentidos.
Cirugía como conjunto y no como solución a un problema
Uno de los mayores errores que se han cometido a lo largo de la historia cuando de operaciones estéticas se trata es el de centrarse únicamente en el aspecto a tratar a la hora de pensar en la cirugía, perdiendo así el concepto del resultado final que se quiere obtener. Este tipo de intervenciones se realizan con la intención de obtener un cuerpo que, en conjunto, sea más bonito o equilibrado en términos generales, por eso es importante pensar en la totalidad del mismo y no solo en ese aspecto que se busca solventar. De lo contrario, los resultados pueden ser desastrosos, como ya se ha podido observar en numerosas ocasiones.
Por eso cada vez se valora más el tipo de clínica al que se acude y el consejo personalizado que se obtiene en ella, siendo aquellas como la Clínica Fernández Blanco un ejemplo a seguir dentro del campo de la cirugía. En ella los clientes pueden ser aconsejados a través de las opiniones del Dr. Alfredo Fernández Blanco, especialista en la materia y cirujano plástico con más de 20 años de experiencia y miles de pacientes satisfechos en su haber. Nadie mejor que una persona experta en el sector para poder decidir de manera consensuada cuáles son los retoques que se tienen previstos realizar y el resultado final que se quiere obtener.
Las operaciones de cirugía no dejan de entrenar cierto riesgo en algunos casos por la complejidad que estas pueden suponer, siendo más necesario que en otros aspectos actuar con la mayor rigurosidad posible. Como ocurre en otras muchas facetas de la vida cotidiana, conviene invertir un poco más en una clínica en la que se pueda confiar al cien por cien que ahorrar un dinero de manera inicial del que luego haya que arrepentirse.
Se acabaron los tabúes
Desde estas clínicas reconocen que se va normalizando socialmente el uso de la cirugía plástica como un recurso más de rejuvenecimiento facial y corporal, de la misma forma que pueden serlo los cuidados de belleza o el llevar una estilo de vida saludable. Se eliminan así parte de las barreras y prejuicios que siempre han existido hacia la cirugía y los retoques estéticos, al ser considerados como algo antinatural y que no hay razón alguna para llevar a cabo. La libertad en este sentido es ahora más amplia que nunca y quien decida someterse a estas operaciones estará menos expuesto a críticas y miradas suspicaces que hace unos años.
Naturalmente, esto es un gran avance tanto para las personas que deciden operarse estéticamente como para el sector de la cirugía en general, que ven reconocida la importante labor que realizan en muchos casos. Porque si una persona necesita operarse para verse bien y estar contenta consigo misma, no debería haber nadie que intentase impedirlo o convencerla de que no debería hacerlo.
Fuente: estrelladigital.es