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La mirada, el reflejo de nuestra juventud

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La blefaroplastia es un procedimiento quirúrgico diseñado para corregir los párpados caídos y las bolsas que aparecen bajo los ojos.

La edad produce alteraciones en nuestra forma de mirar pero gracias a la cirugía podemos “minimizar los cambios que provoca el paso del tiempo para recuperar la belleza que hay en cada forma de mirar”.

Para ello, se recurre a la blefaroplastia, cirugía de los párpados, un procedimiento quirúrgico diseñado para corregir los párpados caídos y las bolsas que aparecen bajo los ojos. La presencia de estas circunstancias produce generalmente un aspecto de cansancio y de vejez no deseados.

El médico especialista advierte de que esta técnica de cirugía plástica no elimina las patas de gallo u otras arrugas finas y tampoco eleva las cejas caídas ni borra el oscurecimiento de la piel de los párpados (ojeras). También tenemos que saber que una blefaroplastia puede realizarse de forma aislada o en unión a otros procedimientos como un lifting facial o frontal.

Conocer tus expectativas

El médico especialista en cirugía estética siempre recuerda que, como en cualquier intervención de cirugía reparadora, una blefaroplastia puede mejorar la autoestima, pero no necesariamente se ajustará al ideal o cambiará la percepción que los demás tengan de ti. Por este motivo, es importante que se lleve a cabo una consulta con el cirujano, Jaime A. García, antes de tomar una decisión para conocer cuáles son tus expectativas.

Sólo unas cuantas condiciones médicas hacen la blefaroplastia algo más arriesgada, como en el caso de personas con problemas de tiroides, el síndrome del ojo seco o la escasez de lágrimas, la diabetes, la hipertensión arterial y otros trastornos cardiocirculatorios. Además, en personas con glaucoma o desprendimiento de retina, se recomienda que se consulte previamente al oftalmólogo.

Los mejores candidatos para realizar esta intervención son hombres o mujeres sanos, psicológicamente estables y con expectativas realistas. La mayoría se encuentra por encima de los 35 años, aunque en casos particulares pueden ser más jóvenes.

La intervención

Una blefaroplastia se puede realizar bajo anestesia general o local con el paciente sedado. La intervención suele durar de una a dos horas. Como norma general, las incisiones se colocan dentro de las líneas naturales de los párpados y la grasa se recoloca o se extirpa; cualquier exceso de piel y/o músculo también se elimina. Las heridas se cierran con suturas muy finas.

Después de la intervención, se podrá sentir algo de molestias o de escozor que son perfectamente controlables con los analgésicos recomendados. La mayor parte de los pacientes reinician su contacto en púbico en unos siete a diez días; todo depende del ritmo de curación de cada paciente. Nunca se debe exponer la cara al sol sin llevar un filtro solar. Durante unos días, se aconseja reducir la actividad al mínimo y no realizar ejercicios violentos, deportes bruscos o cualquier actividad que eleve la tensión arterial. Las cicatrices estarán inicialmente algo enrojecidas, pero irán empalideciendo progresivamente con el transcurso de los meses hasta quedar como líneas prácticamente invisibles.

Fuente: ideal.es