El deseo de perder centímetros, en algunos casos, requiere de retoques quirúrgicos mínimamente invasivos
El ejercicio físico y una dieta equilibrada no siempre bastan para eliminar el exceso de grasa localizada.
Ésta tiende a acumularse, según los sexos, en la espalda, la cara interna de los muslos, los glúteos, la cintura, las rodillas y el abdomen. Tampoco determinados grados de celulitis y flacidez, ya muy evidentes e instalados, tienen fácil solución cosmética o por un cambio en el estilo de vida.
En algunos casos, el deseo de perder centímetros y eliminar los depósitos de grasa que deforman la silueta requiere retoques quirúrgicos mínimamente invasivos. Siempre que estén indicados por el especialista, que valore cada caso, descarte contraindicaciones y establezca objetivos realistas, son el camino más corto, y el que ofrece resultados más visibles y duraderos, para remodelar el cuerpo.
Ese tipo de tratamientos atrae tanto a hombres como a mujeres y, de hecho, la liposucción en el abdomen y los flancos es una de las intervenciones más demandadas por los varones.
Las nuevas tecnologías que se emplean hacen que el paso por el quirófano para perder volumen, eliminar la grasa sobrante, alisar y tensar la piel y mejorar las formas sea algo mucho más sencillo que hace unos años, cuando las liposucciones, por ejemplo, exigían reposo y algunas semanas de exilio social. Ahora la tecnología de última generación permite intervenciones más precisas y menos traumáticas –evita las grandes incisiones y las cicatrices aparatosas–, que se realizan generalmente con anestesia local y no precisan puntos de sutura ni hospitalización, aunque siempre deban practicarse en un centro hospitalario.
Con las técnicas punteras, el proceso suele durar 90 minutos y empieza con la utilización de escáner corporal de alta precisión que permitirá determinar la grasa que eliminar en cada zona para lograr el resultado buscado. Para desintegrar el exceso de grasa y provocar a la vez una contracción de la piel, con efecto lifting contra la flacidez, se utilizan el láser, los ultrasonidos y la radiofrecuencia. Se optará por una u otra, o por su uso combinado, en función del paciente.
La grasa sobrante se elimina gradualmente a través de las vías fisiológicas y de una incisión milimétrica –no requiere puntos– que extrae la que el organismo no puede expulsar por sí mismo. Un masaje específico con un rodillo motorizado ayuda a alisar la superficie de la piel.
Aunque algunas intervenciones permitan hacer vida normal al cabo de un par de días –dependiendo del trabajo, las zonas tratadas o la actividad que se realice–, si se puede, es aconsejable tomarse una semana de reposo. También hay que seguir al pie de la letra la recomendación médica de utilizar prendas de compresión durante 15 o 21 días.
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