Al igual que ocurre con los muslos o la barriga, los brazos también sufren con el paso del tiempo. La principal consecuencia de ello es la flacidez de los músculos de la zona, un hecho que les ofrece un aspecto envejecido y poco sano. Para corregirlo, la cirugía estética apuesta por el lifting de brazos o braquioplastia, una técnica mediante la cual se consigue elevar el tejido muscular que se ha descolgado en esta zona del cuerpo haciendo que las extremidades superiores tengan un aspecto más estilizado y sean más armoniosos con el resto del cuerpo.
Qué es y cómo se realiza el lifting de brazos
Para llevar a cabo un lifting de brazos o braquioplastia se emplea una técnica denominada liposucción tumescente con técnica superficial para comenzar el procedimiento. Un procedimiento de vanguardia que el referido médico aprendió de la mano de su creador, el doctor Marco Gasparotti (referencia internacional en el campo de las liposucciones) durante su estancia en la Clínica Ars Médica de Roma. Posteriormente esta lipoescultura del brazo se completa retirando la piel sobrante desde la cara interna del brazo.
Para llevar a cabo el lifting de brazos se siguen los siguientes pasos:
- Se introducen, en la zona interior de los brazos, unas cánulas (finos tubos de aspiración) a través de pequeñas incisiones (de aproximadamente de unos 0,4 centímetros). Estas microcánulas tienen punta roma, lo que permite una introducción atraumática en el cuerpo del paciente, un hecho que reduce el riesgo de que aparezcan hematomas en el postoperatorio.
- Se extraen las células grasas de esta zona del cuerpo mediante presión negativa, lo que remodela el contorno corporal del paciente.
- Se retira la piel sobrante desde la cara interna del brazo.
- Se coloca una prenda de presoterapia en la zona.
- Se traslada al paciente a una habitación donde permanece bajo observación del personal sanitario.
Hay que destacar también que la infiltración de tipo tumescente con la que se inicia la operación (un sistema inventado por el doctor estadounidense Jeffrey Klein) elimina la pérdida de sangre del paciente.
Con todo ello se pretende eliminar la piel sobrante y mejorar la tracción de la piel que queda.
Por lo general, las incisiones se realizan en la cara interna del brazo, lo más cerca de las axilas, por lo que las cicatrices (que son muy pequeñas) se disimulan y quedan escondidas. La operación suele durar entre una y dos horas y en ella se emplea anestesia general para mayor confort del paciente. Además, no requiere ingreso hospitalario.
Braquioplastia: estudio preliminar del candidato
En cualquier caso, si estás pensando someterte a una operación de braquioplastia, solicita información a un centro especializado que te ofrezca todas las garantías sanitarias.
Centros como la clínica del doctor Gustavo Sordo, donde realizarán un estudio personalizado de tu caso, para que obtengas los mejores resultados con las menores consecuencias. Estudio en el que se tendrán en cuenta aspectos como: el aspecto de tu piel, su capacidad de retracción, el exceso dermograso de la cara interna de tus brazos y estado general de salud que tiene el paciente (prestando especial atención a posibles enfermedades coadyuvantes, la ingesta de medicación, la aplicación de tratamientos anticoagulantes, la existencia de alergias, si se ha intervenido anteriormente o si se cuenta con hábitos dañinos como el tabaco, entre otros aspectos).
Fuente: gustavosordo.com