Los dos tratamientos tienen como principal función limpiar la piel en profundidad, pero, ¿cuáles son sus diferencias?
Presumir de un rostro libre de imperfecciones, suave y perfectamente hidratado requiere del seguimiento de una triple rutina diaria: limpieza, exfoliación e hidratación. Tras llevarla a cabo podremos aplicarnos cualquier tipo de producto, asegurándonos de que nuestra piel se encuentra en perfecto estado.
De estas tres fases, la segunda, la exfoliación, es sin duda una de las más importantes, ya que gracias a ella podremos limpiar en profundidad nuestra piel, dejándola libre de impurezas que pudiesen ocasionar algún daño en nuestra superficie dérmica. Para ello, podemos hacer uso de dos tratamientos, la exfoliación con exfoliantes o los peelings, los cuales puedes probar gracias a los descuentos en cosméticos de Descuentos Ideal. Aunque ambos tienen como principal función limpiar la piel en profundidad, cuentan con ciertas diferencias que te pueden hacer decantarte por una opción frente a otra. ¿Quieres saber cuáles? ¡Sigue leyendo!
En primer lugar hablaremos del peeling. Está considerado como una versión mucho más intensa y profunda de los exfoliantes, puesto que incorporan exfoliantes químicos que no solo eliminan las células muertas, sino que también llevan a cabo una regeneración de la piel mucho más profunda. Además, estimula la producción de colágeno y combate arrugas, manchas y ojeras en la piel, por lo que son la alternativa más escogida por personas que han entrado en una etapa de su vida más madura.
Sin embargo, hay pieles que no soportan este tipo de tratamientos faciales, como por ejemplo las pieles sensibles, por lo que la única opción posible son los exfoliantes tradicionales. Además, tras practicarnos un peeling, la piel debe ser tratada correctamente y en algunas ocasiones se recomienda no exponerla al sol al menos un día después, por lo que si vamos a hacer un viaje o solemos salir con frecuencia a la calle no será la mejor opción.
Por otro lado, los exfoliantes son la alternativa perfecta para los que únicamente quieren eliminar células muertas e impurezas de la piel, puesto que estos productos consiguen un mejor acabado con respecto al de otros limpiadores normales. Esto te permitirá evitar los molestos puntos negros o las antiestéticas espinillas, y es que además están especialmente recomendados para pieles con tendencia al acné. A diferencia del peeling, este tratamiento sí se recomienda para pieles sensibles.
Por tanto, la diferencia básica entre ambos reside en que el peeling es más intenso y agresivo que los exfoliantes, por lo que algunos tipos de pieles, como las sensibles, no pueden optar por ellos, incluso a pesar de que este tratamiento sea más eficaz que el exfoliante, puesto que no solo limpia en profundidad la piel, sino que la regenera y combate posibles imperfecciones como arrugas y ojeras. Y tú, ¿por cuál te decantas?
Fuente: ideal.es