Nuestras partes nobles acusan la edad como el resto del cuerpo, pero la cirugía puede quitarles años. ¿Te atreves a superar tu timidez y darle un nuevo look a tu monte de Venus?
Este era hasta hace un par de años uno de esos temas tabú que quedan para los corrillos de amigas íntimas –y nunca mejor dicho–, pero todo apunta a que acabará convirtiéndose en un tema de conversación muy popular y no por lo extravagante del asunto, sino porque cada vez hay más demanda de las intervenciones de rejuvenecimiento genital. En los hombres esta inquietud es todavía escasa y se ciñe, sobre todo, a la ginecomastia (disminuir el tamaño de las mamas) y en un segundo lugar a la faloplastia de elongación (alargamiento de pene, en palabras llanas) o al rejuvenecimiento del escroto, pero son cifras poco representativas aún. En cambio, la preocupación por retocarse la anatomía femenina representa ya el 1,5% de las intervenciones estéticas en España, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
Y es que aunque a muchas personas –sin distinción de sexo– les cueste reconocer que su anatomía ha perdido esplendor, basta con pasearse por una playa nudista para tener una comprobación empírica de que las partes pudendas también son buenos indicadores de nuestra edad. Afortunadamente, la cirugía se ha puesto manos a la obra para quitarnos años de ese lugar reservado a la vista de unos pocos y que nos molesta observar cuando nos miramos al espejo.
Si eres mujer y te estás planteando una operación ‘antiaging’ en la zona genital, toma nota de las cuatro principales intervenciones estéticas y atrévete a quitarte años de ‘ahí abajo’:
• Ninfoplastia o labioplastia de reducción en los labios menores. Los partos o incluso el desarrollo genital hacen que esta parte del cuerpo tenga un aspecto con el que no están satisfechas muchas mujeres y que puede condicionar su autoestima. “Esta intervención se lleva a cabo con una sencilla cirugía, a través de la que se extirpa el exceso de tejido y se remodelan los labios menores, para que no sobresalgan”. Esta cirugía se realiza en quirófano con anestesia local, solo provoca una breve molestia y la paciente puede hacer vida normal en 24 horas.
• Liposucción. A medida que las mujeres cumplen años, acumulan grasa en el llamado monte de Venus, que puede eliminarse mediante esta intervención, que requiere anestesia local y sedación. La grasa se extrae con una microcánula y se recomienda reposo durante los dos o tres días posteriores.
• Radiofrecuencia. Algunos estudios arrojan la cifra de que el 60% de las mujeres que padecen flacidez vaginal no llegan nunca a tratarse por pura vergüenza. Pues con esta sencilla intervención se puede corregir la hiperlaxitud o relajación vaginal. La radiofrecuencia produce un calentamiento de las paredes de la vagina, lo que estimula la generación de nuevas fibras de colágeno y se produce una tensión y firmeza de las paredes y un estrechamiento. Cada sesión (se realizan unas cinco, con un intervalo de 10 días entre cada una de ellas) dura menos de media hora, el procedimiento es indoloro y se puede retomar la actividad rutinaria de manera inmediata.
• Lifting de pubis. La flacidez no es algo reservado a la piel del rostro, también la zona genital sufre esta caída, que puede acompañarse, además, de estrías. “Esta es una técnica muy habitual en las mujeres que han pasado por una cesárea o cirugía abdominal y como consecuencia presentan un desnivel abdomino-púbico”, explican desde de la Clínica Londres. En esta operación ambulatoria, que dura una hora más o menos, se realiza una incisión suprapúbica, gracias a la cual se tensa la piel y se elimina la sobrante (la cicatriz se suele esconder bajo el vello púbico). Y aunque no requiere ingreso hospitalario, se necesitan cuatro o cinco días para hacer vida normal y volver al trabajo.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com